¿ES VERDAD QUE LA ECONOMÍA CANARIA NO LEVANTA CABEZA?
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El suplemento Regional de “Canarias Económica” de “La Provincia/Diario de Las Palmas”, en su edición de fecha 15 de diciembre, publicó en primera plana el siguiente titular: “LA ECONOMÍA CANARIA NO LEVANTA CABEZA” y el Gobierno canario dio a conocer, por medio de su Consejería de Economía y Hacienda, “que había detectado una desaceleración de la economía canaria en el presente ejercicio económico, ya que la mayoría de los sectores productivos isleños registran peores índices que en el 2004”; así lo ha publicado dicho periódico.
Bueno, no soplan buenos vientos para Canarias, especialmente para Gran Canaria que marcha muy rezagada en el plano económico con relación a la isla de Tenerife, así es que cabe preguntarse: ¿es verdad que la economía canaria no levanta cabeza? Y la respuesta es de cajón: si el Gobierno canario dice por medio de su Consejería de Economía y Hacienda que la economía va mal, no hay más remedio que creerlo a pies juntillas porque el uso es que siempre salgan a la palestra a decirnos lo bien que lo están haciendo, cualquiera que sea el Gobierno, y lo fenómenos que son ellos, así es que hay que creerlos, esta vez, cuando dicen públicamente que la economía no levanta cabeza es que las cosas, económicamente hablando, nos van muy mal.
Bien, pues estando así nuestra salud económica, el ciudadano de a pie tal vez se pregunte en qué puede afectarle, o podría afectarle que la economía canaria no levante cabeza, y la respuesta es de lo más sencillo pero desoladora, siendo el primero, el ciudadano al que puede afectarle, al que le será más difícil encontrar un puesto de trabajo si está en el paro, y al segundo podría afectarle si tiene un puesto de trabajo y lo pierde a consecuencia de posibles reestructuraciones empresariales a tenor de falta de demanda en el mercado de los productos que confecciona su empresario y consiguiente recorte de plantillas, todo ello a consecuencia del estancamiento del crecimiento de la economía. A este ciudadano de a pie, que, en su gran mayoría, no entiende mucho de la política económica de un Gobierno, simplemente porque lo tiene más que crudo para llevar las lentejas diariamente a casa como para dedicarse a hacer cursos de economía, no dejará de preguntarse: ¿qué le pasa a la economía canaria? ¿Por qué marcha mal? Difícil de explicar en unos cuantos renglones las numerosas causas que pueden influir negativamente en la marcha de la economía, pero para sintetizar, me voy a centrar en dos causas que nos afectan, una externa y otra interna, tratándose en el primer caso de una situación que puede producirse a consecuencia de un estancamiento o una recesión económica en los países consumidores de nuestros productos, llámese cama turística o plátanos, por citar ejemplos, y el segundo caso, el relativo a causas internas, es el que origina estancamiento o recesión del crecimiento económico por causas originadas por decisiones propias que, en nuestro caso concreto, han afectado muy negativamente nuestro crecimiento económico y nos han llevado a la situación que pone en relieve el citado periódicos “Canarias Económica”.
Lógicamente, ante este planteamiento acusador, el ciudadano de a pie tal vez responda: “A mí que me registren, porque yo no he tomado ninguna decisión al respecto”. Sin duda alguna está en lo cierto, pero no del todo porque los que han tomado las decisiones disparatadas que han llevado a Canarias a esta situación de incertidumbre económica son políticos que él y otros ciudadanos hemos votado en las urnas y estos señores son precisamente los que votaron por unanimidad ¡por unanimidad! en el Parlamento de Canarias el día 14 de abril de 2003 la Ley de Directrices, llamada la Moratoria, cuya Ley cercenó nuestro crecimiento económico y nos ha llevado, una vez pasado el período de actividad económica por inercia al principio de dicha Ley, a la situación actual que lleva visos de empeorar considerablemente; en este empeoramiento será Gran Canaria, sin la menor de las dudas, la isla más afectada porque su oferta de camas turísticas ha perdido competitividad en el mercado europeo, especialmente con relación a Tenerife, nuestra mayor competencia en todos los mercados, y, además, el flujo de dineros comunitario tenderá a reducirse drásticamente a partir del 2007 o tal vez antes, razones por las que está más que justificado el preocuparse en tomar decisiones orientadas a salir de este estancamiento.
Así las cosas, ha lugar a volver al punto de partida del origen del estancamiento en nuestro crecimiento económico y voy a centrarme a este respecto en nuestra Isla, Gran Canaria, en lo que nos afecta a nosotros los ciudadanos grancanarios porque los tinerfeños, causantes de casi todos los males que sufrimos en la actualidad en el plano económico, que hablen por ellos mismos porque lengua para dormir al respetable no les falta. Veamos: el origen de esta situación económica que padece Gran Canaria nos viene del inicio de la década de los noventa cuando las islas tuvieron por ley que enfrascarse en la redacción de sus respectivos Planes Insulares de Ordenación del Territorio (PIOT) y suspendieron las licencias de obras de construcciones turísticas durante la redacción de los mismos. Gran Canaria lo hizo desde el año 1992 y su PIOT fue aprobado por el Gobierno canario en 1995 pero estuvo colmado de tanta injusticia y despropósitos que aterrizó casi en toda la totalidad de su planeamiento en el cubo de la basura por sentencias judiciales. No obstante, el que en 1998 fuese a parar a donde le correspondía por sentencias del Supremo de Madrid, ello no quitó que Gran Canaria estuviera ‘empapelada’ durante toda la década de los noventa por tamaño adefesio de PIOT, precisamente en la década decisiva para acondicionar nuestra oferta de la cama turística y potenciar al máximo la cama hotelera de cuatro y cinco estrellas que es dónde se había posicionado la demanda del mercado. En resumidas cuentas para Gran Canaria: perdió el tren de la puesta al día de nuestra oferta de la cama turística y la demanda se decantó masivamente por Tenerife que sí se puso, consiguiendo esta isla el liderazgo de la oferta turística de las islas y hoy lo sigue manteniendo, cosa que seguirá siendo, tal y como marchan las cosas, por muchos años.
Veamos ahora el porqué Tenerife consiguió ese incuestionable liderazgo: Tenerife, que como las demás islas estaba obligada a redactar y llevar a aprobación ante el Gobierno canario su PIOT, no lo hizo, hizo el paripé de hacerlo pero la realidad fue que estuvo mareando la perdiz durante toda la década de los noventa, sin dictar en ningún momento decreto alguno que congelara o suspendiera las licencias de obras a los proyectos de establecimientos turísticos que se fueron presentando por lo que en dicha década, mientras el crecimiento hotelero en Gran Canaria estaba congelado, en Tenerife levantaron una planta hotelera de cuatro y cinco estrellas extraordinaria, pasando de unas 30.000 camas hoteleras al principio de la década de los noventa a unas 80.000 al final de la misma. ¿Resultados? Muy simples: Tenerife puso en el mercado exactamente lo que éste estaba pidiendo a gritos mientras Gran Canaria sólo podía poner en ese mercado una oferta hotelera de unas 35.000 camas entre todas las categorías y, además, gran parte de ellas obsoletas que conlleva al retraimiento de la demanda.
Bueno, el lector tal vez se pregunte: si las cosas han sido así, no debe haber problemas para que Gran Canaria, una vez superado su ‘empapelamiento’ por sus PIOTs (después de anulado el primero en 1998 por el Supremo de Madrid fue puesto otro en marcha que es el que está ahora en vigor) y demás normas restrictivas, se ponga en marcha y ande el camino no andado durante la década de los noventa. Eso sería lo lógico y racional pero no, las cosas no son así en Canarias. ¿Y por qué no?, se seguirá preguntando el lector grancanario. Muy sencillo, porque los áticos de Tenerife, que aglutina la flor y nata, de doble capa, del mundo empresarial turístico de Tenerife, una vez conseguida una planta hotelera excepcional y de haberse asegurado la hegemonía en el mercado europeo, no estaban dispuestos a permitir que Gran Canaria creciera en su oferta de camas hoteleras que pudieran serles de competencia y movieron los resortes necesarios por medio de la todopoderoso ATI para imponer la ya turisticamente famosa, por lo nociva para Gran Canaria, Moratoria al crecimiento turístico, materializada con la Ley de Directrices aprobada por el Parlamento canario, como ya mencioné antes, el 14 de abril de 2003, consolidando de esta manera su absoluta hegemonía en la oferta hotelera de calidad que es la que demanda el mercado y seguirá demandando por muchos años, en detrimento de la cama extrahotelera de la cual Gran Canaria está llena pero con el agravante que se trata de camas que, en su gran mayoría, ni regaladas son puestas por touroperadores en sus programas por obsoletas y de infraestructura tercermundista.
No puedo terminar este análisis frugal, motivado por la información aparecida en el diario económico mencionado en su principio, sin incluir algunas conclusiones al mismo, así es que menciono a continuación las mismas:
PRIMERO: Los intereses económicos de Gran Canaria no son los mismos que los de Tenerife por la sencilla razón que ambas islas, que económicamente dependen básicamente del turismo, compiten entre sí en el mercado turístico europeo y Tenerife, con la oferta hotelera de que dispone, hará todo lo posible, y lo está haciendo, para que Gran Canaria no vuelva a ponerse en su oferta hotelera de calidad a su misma altura, en la que en otros tiempos la superó . De ahí toda esta parafernalia de moratorias y demás disposiciones restrictivas que, incomprensiblemente, con tanto ardor apoyan políticos grancanarios, quienes postulan, incluso, una prolongación de la Ley de Directrices tres años más, Ley ésta que termina su vigencia el 14 de abril del 2006.
SEGUNDO: El estancamiento en el crecimiento económico en que está inmerso Gran Canaria tiene su origen, como ya he mencionado, en la Ley de Directrices y demás disposiciones restrictivas impuestas por el Gobierno que encadenan sus facultades decisorias; por tanto, es determinante y fundamental para que Gran Canaria entre en un proceso de solucionar sus problemas de crecimiento económico que se separe administrativamente, no políticamente, de las islas Occidentales, es decir, Gran Canaria debe regir, en el plano administrativo, su destino centrado en el Cabildo como Gobierno de la Isla y lo que nuestros dirigentes estimen por más conveniente para el bienestar de nuestra población, sin entrar en el empecinamiento de querer volver al sistema provincial establecido en 1927. Hoy en día cada isla es mayor de edad y cada isla sabe mejor que nadie cuales son sus problemas y cómo resolverlos a través de sus respectivos Cabildos. El pretender, en el supuesto que se pretendiera, que las islas mayores volvieran a regir, siempre administrativamente hablando, las menores, que ya no lo son tanto, sería un nuevo error histórico, tan grave como el que se cometió con la vuelta a la unión administrativa de manos de la Autonomía.
TERCERO: Canarias debe asumir de una vez por todas que forma parte de la Unión Europea cuyo sistema económico es de libre mercado y libre competencia y donde la libre iniciativa del individuo es la que mueve la actividad económica. Este es el modelo que rige en todo el mundo Occidental. Este tipo de modelo económico no admite ni por asomo el intervencionismo ni el dirigismo que son conceptos que fueron utilizados en los países socialistas del Este y los llevaron a la más absoluta bancarrota. Nuestros Gobiernos deben abandonar la obsesión de dirigir e intervenir en la actividad económica de Canarias, con fijación en el sector turístico, y dejar que sean los agentes económicos, precisamente los que conocen y trabajan en sus respectivas actividades, los que se vayan marcando el camino a seguir dentro de un mercado de libre competencia. El intervencionismo, el dirigismo y el paternalismo por parte de la Administración nos han llevado a la situación negativa actual, con visos de gran empeoramiento. Ya va siendo hora que los cargos políticos que hemos votado en las urnas se dediquen a las labores propias de sus cargos -solucionar los problemas del ciudadano en lugar de creárselos- y dejen a la iniciativa privada que haga los suyos, es decir, que ganen dinero pero que creen riqueza y creen puestos de trabajo que es la única forma, si los negocios son lícitos, que pueden hacerlo.
Las Palmas de Gran Canaria, 17 de diciembre de 2005.
Daniel Garzón Luna
Sr. Daniel veo que esta bastante preocupado por Canarias, pero yo no me gusta ni ablar de politica porque no entiendo pero le doy toda la razon en sus esplicaciones y comprendo sus pensamientos, supongo que pronto se
arreglara todo, lo encuentro un poco pesimista pero miro si haber si con mi comentario puedo animarlo un poco
ya que podria ser que emvez de la politica tambien tubiera la aficion que tengo yo que es el coleccionismo.
Un saludo cordial de nautilos10
Hasta siempre.